La llave física lleva con nosotros desde hace más de 4.000 años y su creación se atribuye a los egipcios.
Desde entonces, las llaves han ido evolucionando hasta el día de hoy hoy, siendo siempre un objeto físico utilizado por todos nosotros. Sin embargo, y desde hace pocos años, cada vez más se están llevando al mercado soluciones digitales que, si bien se encuentran orientadas al usuario particular para solucionar algunas de sus casuísticas, todavía se quedan lejos de ser una solución industrial para que, en nuestro caso, a tenedores y servicers les sean de utilidad.
En este aspecto, independientemente de la solución, nos encontramos con que la implantación de una solución digital de llave “única” capaz de gestionar por sí sola múltiples cerraduras parece una ficción futura que, hoy en día, ya es una realidad.
Así es la llave única de Atlas Value Management
Junto con nuestro partner tecnológico, hemos desarrollado la solución para esta problemática: la llave “única” junto con el bombín mecatrónico (son bombines que combinan mecánica y electrónica, no precisan de ninguna fuente de energía en su instalación) crean un sistema que permite con una sola llave acceder a un número indefinido de activos, incluidas sus zonas comunes.
Este tipo de cerraduras se “activan” desde una única llave electrónica que posee la inteligencia y la fuente de energía para poder acceder de forma segura a la vivienda a la par que, a través de un software, se obtiene información de la visita al inmueble y se administran los accesos al mismo, permitiendo el acceso en cualquier momento a los activos inmobiliarios a personal de mantenimiento, seguridad, API o cualquier persona que lo requiera.
Ventajas de implantar una llave única, para tenedores y servicers
Este sistema conjunto (llave, cilindro y software) conlleva, más allá de las mejoras mediante su implantación operativa, una reflexión estratégica tanto para los tenedores como para los servicers que pasamos a detallar a continuación.
- Por un lado, los tenedores se encuentran con la necesidad de obtener información de calidad y directa de toda la gestión comercial, así como disponer en todo su perímetro de dos variables fundamentales; la flexibilidad de poder balancear operativa entre los distintos actores/proveedores y reducir la tasa de descuento en la venta de portfolios asociado a la tan tediosa migración de llaves.
En este aspecto, la llave digital recoge toda la información comercial y soluciona de forma indudable las cuestiones referenciadas, ya que nos permite saber qué usuario ha entrado en la vivienda y el tiempo que ha estado, así como si de repente tiene que enseñar otra por cualquier cuestión tiene acceso directo a poder enseñarla sin tener que reagendar la visita con el consiguiente coste de oportunidad comercial asociado. Este hecho es de un gran valor por que se posee de la información de cuántas visitas se ha tenido en el inmueble, si se ha realizado efectivamente la visita, así como el tiempo de la misma; información que impactará sin duda en la posible fijación de precios como la calidad de la visita. - Por otra parte, el hecho de poder administrar los accesos desde un software permite ir redistribuyendo permisos hacia otros proveedores/APIS de forma muy ágil, así como traspasar una base de datos en una venta de carteras sin tener la penalización en el precio ofertado por parte del comprador sobre los costes y tiempos tanto de la migración como de la toma de control del parque adquirido.
Asimismo, ayuda en la gestión y en los costes operativos de los servicers ya que, además de reducir totalmente las incidencias ocasionadas por pérdidas, copias defectuosas y retrasos en los envíos (entre otros), el business case vinculado al modelo genera una reducción entre un 60 y 80 % de los costes operativos recurrentes. Incluso teniendo en cuenta la correspondiente amortización del capital necesario, desde el primer año existe un impacto positivo en la cuenta de resultados de la compañía.
En conclusión, desde Atlas Value Management presentamos un producto que aporta una solución industrial a un problema común para todos los actores, incorporando un conocimiento específico del sector que aporta una ventaja competitiva estratégica, una mejora en la propia gestión y operativa y, de forma simultánea, unos ahorros recurrentes y capturables desde el primer año.
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