El incremento del coste de la luz es un hecho por el que todo el mundo ha sido afectado debido a que, desde el último cuatrimestre de 2021, no ha dejado de aumentar. Pero no solo repercute en los bolsillos de los consumidores particulares, ya que las empresas se ven directamente afectadas también y esto les lleva a reducir márgenes, perder competitividad e incluso tener que detener su actividad por completo.
Las principales afectadas son las empresas electrointensivas (industrias para las que la electricidad es un factor primordial en su proceso), ya que la energía supone hasta un 50 % sus costes según la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE). Es en este sector donde más empresas han tenido que paralizar su producción, al menos de manera temporal, ante la imposibilidad de absorber los nuevos costes y tampoco poder traspasarlos a sus clientes.
Por ejemplo, tras una subida de su coste eléctrico mayorista hasta 260€/MWh, un aumento “del 300 % sobre el del año pasado”, la empresa productora de acero Sidenor anunciaba un parón de su actividad durante 20 días.
Cómo hacer frente a la subida de precios: eficiencia energética
La eficiencia energética se define como la optimización del consumo energético para alcanzar unos niveles determinados de confort y de servicio, ajustando el consumo de electricidad a las necesidades reales de los usuarios o implementando mecanismos para ahorrar energía evitando pérdidas durante el proceso.
Desde los gobiernos de todo el mundo se están lanzando cada vez más medidas e iniciativas para incrementar la eficiencia energética de tanto los hogares como de las empresas. Se ha convertido en una prioridad a todos los niveles y, a nivel productivo, en una necesidad para poder alcanzar márgenes de rentabilidad en las empresas.
La pregunta es: ¿somos capaces de alcanzar el nivel de eficiencia energética necesario? Las medidas básicas para empezar son sencillas y fáciles de implementar: cambiar al LED, usar un comparador de luz, aislamiento térmico, autoconsumo energético… pero, ¿es esto suficiente? No cabe duda de que todas estas medidas tienen impacto en la factura de la luz pero pueden no ser suficientes para marcar la diferencia, sobre todo en aquellas empresas para las que la factura de la luz tiene una repercusión mucho mayor.
Hay muchos otros factores a tener en cuenta que pueden ayudarnos a definir una correcta estrategia, empezando por lo esencial: ser capaces de desglosar el coste de la luz total por áreas, secciones e incluso equipos para poder identificar de manera inmediata cuales son los desvíos. Por otro lado, ¿cómo definimos que es un desvío? Tener claro un baseline y un objetivo de consumo es primordial para poder saber en qué punto respecto al óptimo estamos. Con esta información clara, seremos capaces de tomar decisiones más eficaces basadas en datos reales y con un impacto mucho mayor y rápido: a qué instalaciones dar prioridad y potenciar su aislamiento, que equipos paralizar de manera temporal por su bajo rendimiento energético, adaptar según qué procesos a la curva del coste energético por franjas en las que se saque rentabilidad, intentar cumplir ciertos requisitos de consumos para acogerse a subvenciones…
Es imprescindible definir una estrategia basada en información real que permita obtener resultados de manera eficaz y rápida
Desde Atlas Value Management, te ayudamos a identificar las necesidades de información existentes y a definir la estrategia necesaria para poder hacer frente a los sobrecostes energéticos y cumplir los objetivos de rentabilidad establecidos.
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